viernes, 2 de diciembre de 2011

Mi sueldo de profesor público

En estos días me siento como vaca previa cita al matadero. Oigo, veo, leo los medios de comunicación que pronostican que me quitarán las chuletas, el tajo bajo o que me harán un corte a la argentina. Sigo con mis clases, mis alumnos, con esa tarea, tan capital según dicen, de la educación, pensando si van a reforzar mi autoridad o van a cambiar otra vez el sistema educativo, pero viendo que, a efectos de todo, sigo siendo el funcionario sospechoso de causar todos los males, vago, portador de demasiadas vacaciones, pocas horas de trabajo, una desidia cuasi institucional, y, lo más importante, digno de escarnio público.

Leía en un periódico serio que Cristiano Ronaldo buscaba casa en Como a partir de cinco millones de euros. Sé que no tengo sus piernas, sus abdominales, su cara, sus maravillosos glúteos. Sé que no levanto las mismas pasiones que él cuando paseo por clase hablando de ablativos, libertades, autonomía personal, discriminación, igualdad social, autoestima. Sé que juego muy mal al fútbol, siempre ha sido así.

¿Pero de verdad mi aportación al bien social (formar científica y humanamente, en valores, a mis alumnos) vale tan poco para esta sociedad? Disfruto con mi trabajo, pero me siento un paria cuando compruebo lo que efectivamente piensa de mí la sociedad a través del sueldo que me da y que da a otros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy completamente de acuerdo con vos y me parece muy triste.

Ocala dijo...

es triste pero solo es un indicio de cambio de sistema, de neodemocracias financieras y de nuevos esclavos con derechos.