"El niño lloró cuando supo que lo único seguro era su propia muerte y decidió olvidarlo".
Quizá en la diferencia está la solución, me dijo un sabio en un río. Los humanos, aquellos seres que surgieron del humus para invocar lo innecesario, necesitamos creer que algo nuevo puede pasar, que este panorama de mortalidad puede quedar suspendido.
sábado, 24 de julio de 2010
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