sábado, 4 de octubre de 2014

Nos llamábamos Marko, Luis, Rubén, Javi y nos gustaba mamar pollas. Las buscábamos con fruición, todo el día, en la panadería, en la fruta, en los bares, en los baños públicos y privados, en las duchas, en las federaciones, en las farolas y en los ascensores.
Nos gustaba comer rabos y lo hacíamos muy bien. Luego nuestros padres nos llamaban David, Juan, Víctor, Óscar, párroco de la muerte... Todo muy ordenado y con un apretón de mano viril al final. En medio bocas que succionan, cuanto más  odiador mejor felador delicado...

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