viernes, 5 de julio de 2024

Homenaje a mamá (panegírico clásico y personal)

 Decir quiénes somos es complicado, pero quizá es más fácil reconocer los legados de aquellos que pasan por nuestra vida.

Mi madre nació en una época en la que se condenaba a las mujeres a ser solo esposas y madres. Y ese trabajo lo cumplió a la perfección. 

Pero fue algo más, mucho más. Mujer inteligente, compleja, poliédrica, contradictoria, me enseñó a huir de la simplicidad.

Soñó con estudiar psicología y, si los tiempos se lo hubieran permitido, habría podido ser abogada, política, periodista, todo lo que ella se hubiera propuesto.

Me enseñó el amor a la palabra y el culto a las ideas. Platónica sin saberlo, buscaba sin cesar la Razón. De hecho, era la reina de la razón. Hablábamos sin parar y discutíamos con pasión, retorciendo los argumentos hasta el infinito.

Defensora a ultranza de la sanidad y la educación públicas, me evitó vivir el elitismo vacío y dogmático.

Pero quizá su mayor legado fue la enseñanza de la libertad, de la autodeterminación, la autarquía de estoicos y epicúreos. Una libertad no de líderes o del culto al dinero, sino la de poder respirar con dignidad.

De pequeño me llamaba insurrecto, imagino que con una mezcla de orgullo y cansancio. Y al final, siguiendo su hilo del laberinto, he podido conquistar el orgullo y dejar atrás el cansancio de los que te obligan a ser.


Espero esta vez poder cogerte de la mano, y no transitar prados verdes, túneles, puertas o cristales que casi no se abren, sino caminos gozosos que no pudimos o no supimos vivir juntos.

Estos últimos días han sido duros y maravillosos. Me has regalado compartir el miedo, la duda, la soledad, la certeza de que en los placeres está la solución. Me has llenado de besos, cariños y manos sabias. Y me has regalado lo más preciado, el reconocimiento en forma de labios de carmín, que seguro cumpliré.

Y ahora, como Adriano, no sé adónde irá tu tierna alma errante, pero sé que ha sido un privilegio estar aquí junto a ti.

Animula, vagula, blandula, querida mamá, todos los besos son para ti.

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