lunes, 7 de diciembre de 2009

Optimista a mi pesar

Hoy he vuelto a coger mi coche que dejé aparcado en zona no apropiada según los xenófobos. Estaba, lo dejé, abierto. Cuando he entrado faltaba el equipo de música y una portezuela estaba abierta. Ya estaba pensando en cuánto me había costado el viaje por mi despiste y qué nueva chuchería tecnológica y bonita compraría para compensar, cuando he visto que el equipo estaba en el suelo escondido y que la portezuela solo fue abierta para intentar meterlo. Alguien vio el coche abierto, se fijó en el radiocasete extraíble y decidió que debía cuidarme.
Hice bien en dar un euro a aquel rumano que solo hizo gestos para que aparcara en una plaza libre para cualquiera y en tomarme un café en aquel bar de dominicanos libre de tabaco. Gané la visión de unos pectorales jóvenes y contundentes y reforcé mi sentimiento de apátrida bondadoso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eooooo!!
Ocala, eres genial!!... en vez de pensar en lo peor, tú:... pos oyes, a ver qué me compro si me lo han quitao..!!!Je, je!
Cada vez me gustas y me encantas más.
1be, L7

Ocala dijo...

Jajaja. Pues sí. El dinero solo está para gastarlo y hacer libres a las gentes, no para llorar por su pérdida. Besotes, encanto.