jueves, 30 de diciembre de 2010

Yellow Lemon Tree II (p)

Quizá el ánimo sea eso, flujos que se entrecruzan, que chocan y se revuelven a su antojo. Escuchaba la canción, de hecho la sigo escuchando mientras escribo, esa que siempre me levantaba el ánimo, me hacía mover la cabeza como a tantos otros. Pero hoy he leído la letra por primera vez. Es una letra triste, una historia triste de ausencias y soledad pero la música te lleva a querer ser y a atisbar la felicidad. La canto y me siento en el limonero, y me tiño de ausencias y soledad en una tarde vacacional, sin nada que querer hacer. Sin embargo, está la música, la que lleva a mecer, a arropar las nostalgias y las melancolías.
Podría reír, podría llorar pero solo muevo el cuerpo al ritmo de la canción. Los ojos se emocionan, el corazón se espesa y la sonrisa se llena de poros de bienestar, pero al final solo puedo preguntarme cómo y por qué.

Yellow Lemon Tree I

martes, 28 de diciembre de 2010

El mundo vedado (mp)

¿Y por qué tengo que asumir la descomposición de la carne? Solo si cierro los ojos y no deseo.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Y Jesús dijo a sus discípulos... (p)

No había bebido vino. Estaba a gusto. La comida estaba ya en su final. Se hablaba de la vejez y de la muerte. Creo no haber alucinado, pero mi padre me ha mirado a la cara y me ha dicho: "y tú tienes que encontrar a una persona, a uno como tú que te cuide cuando seas mayor, a uno en quien te puedas apoyar". Mi mente se desdoblaba. Por una parte, no le hacía caso como siempre y por otra mis ojos escuchaban uno dos veces de su boca. Ha dicho masculino y no femenino. Pensaba que era verdad lo que oía, pero no podía dejar de pensar que me equivocaba, que a mi padre se le trababa la lengua en el género y solo en el género. No he podido resistir la mirada, me he vuelto y he cambiado de persona después de decir que sí a todo.
En su cabeza nunca seré gay, seré otro heterosexual que se desvió, pero ha sabido decirme lo que es su única sabiduría, vive para ti que eres lo único seguro que tienes. Creo que nunca dará el paso que me aterra, que me hace sentirme niño y terriblemente solo. Creo que nunca me hablará y actuará como un padre, pero quizá hoy ha sabido que sus cuarenta murieron, que ya solo le queda el puro acto de vivir, sin futuro, sin proyectos, solo con el final.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Lejos de la tierra quemada (evaluación por competencias)

Pensaba en Yago estos días de final de trabajo: 18 años, guapo, sexual, con ganas de vivir y sin puntos cardinales ya. Pensaba en las ochos horas a la semana que paso con él. Pensaba en las cosas por las que me pagan: los ablativos absolutos, los casos, Atenas, Roma, el acusativo de relación, el legado arqueológico, la prueba de selectividad. Y pensaba en aquel café donde me contó sin más lo único importante, lo que uno siente, lo que quiere sentir, lo que duele sentir, la dificultad de actuar, de decir, de ser. Al día siguiente vino para hacer el examen. No sabía nada de casos, ni análisis sintácticos. Suspendió. Suspendió ocho horas a la semana durante tres meses. No me pagan por escucharlo, por ayudar a construir una persona.

Para los que destruyeron al joven y solo quieren conservar sus miserias (p)

Si fuéramos sensatos, envejecer solo significaría volverse más libertarios, menos apegados a la realidad y más desconservadores de las ataduras.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Y ahora que por fin puedo decirme lo que siento (p)

"La amistad borra el miedo" Pablo Lópiz. Michel Foucault, pensar es resistir

Quizá todas las relaciones humanas institucionalizadas, familia, amistad, amor, estado persiguen lo mismo: borrar el miedo. Ese miedo que nace del ser a solas y del vivir con uno mismo. Nunca fui muy habilidoso en el campo de las amistades. Veía por todos lados a gentes que conseguían casi sin trabajo y con éxito el reconocimiento de los demás, la cercanía y ese inquebrantable afecto que llamamos amigo.
Busqué sin descanso y llegó a ser una de mis principales angustias. Nadie o pocos se me acercaban y con pocos sentía la pulsión. Nunca he sabido deslindar con precisión el amor de la amistad, podría decir incluso que mis grandes amigos han sido mis grandes amores y que sin el primero no puede existir el segundo. Pero la ausencia de amistad al uso, esa que habla de un grupo de afectos, solidaridad, comprensión e intereses comunes, me colocaban de nuevo en el grupo de los distintos, en el de aquellos que sienten más difícil que los instalados.
Al final los encontré como una prolongación natural del amor, pero descubrí que también los amigos buscaban una nación, una instancia superior dictada por alguien que casi nunca apelaba a la libertad. Descubrí que, como en la familia, se podía ser buen o mal amigo y que la bondad y la maldad casi nunca tenían que ver con el tú y yo. Empecé a odiar los grupos organizados y empecé a degustar el placer del individuo.
No sé sentir en grupo, ni casi por el grupo. Me costó mucho entender qué era aquello de la sociedad, qué era ese ser que imponía mucho y con el que nunca se podía hablar. Y estuve años sintiendo que todo iba mal, que había que sacrificarse y que la soledad era peor a la esclavitud.
Ahora ya busco pactos solo de uno, uno en sucesión que me haga sentir individuo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Óscar Proscrito (p)

"Solo sé que negarse a vivir es imposible"

No se debería escribir sobre los amores presentes, ni sobre las amistades palpitantes o sobre los afectos que nos hacen diferentes. Se congela en unas palabras lo que es puro movimiento, construcción o futuro. Al plasmar nos acercamos solo al pasado y las pasiones solo piden presente a punto de morir, futuro inmediato.
Se me acercó con un "me gustan las series y follar rapidito". Me conmovió por su dolor, por sus ganas de conocer y por querer esbozar sonrisas cuando por dentro solo hay llantos. Nunca he sabido cómo las palabras pueden unir a dos ni cómo acercarme a lo importante sin pavor. Pero reconozco la valentía del que quiere ser de otra forma.
Prometí una vez no fingir más, que mis palabras no expresaran lo que los demás quisieran oír. Y empecé a escuchar palabras sin filtros, mensajes que no deben nada. Sentí el desasosiego pasado, la fragmentación del presente, el cansancio ante la complicación. Muchos desean pero pocos se atreven a adelantar la mano. Y me acostumbró a las palabras tiernas, a los roces virtuales, a pensar en cómo ser.
Lo conozco a retazos, como a mi escritura, con los lazos difusos de los zorros y los gatos. No espero, solo fumo con vapores de dignidad, la dignidad que él me otorga.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cumpliendo con los ritos (p)

No sé si nadie puede reclamar esfuerzo a nadie. Todos los días escenifico ese auto de fingir mostrar importancia, de apelar al futuro como premio para el presente. Siento que no debo nada a mi ciudad, a mi país, a esta sociedad de humanos que nunca me preguntó si quería ser social. Y me asusta ser un engranaje más; un engranaje amable, cercano pero verdugo al fin.

miércoles, 1 de diciembre de 2010