miércoles, 29 de julio de 2009

Vegetal tribal



Nacer, llorar, aprender a ser bueno, sonreír, callar, molestar lo menos posible, formarse en esclavitud, elegir la vida de los demás, pensar oblicuo, producir, poseer novia, estabilizarse, aburrirse, engendrar, despreciar lo diferente, renunciar al placer pasado, hacerse vegetal tribal.
Por el camino te ayudan a ser razonable, te ofrecen todos los mecanismos de la autonegación. No es la autoridad del burócrata ni el policía siniestro quienes modelan sino la mirada dulce de la madre, la sonrisa de la abuela, los bíceps del hermano, las carcajadas de los amigos. Todos te arrinconan para destruir tu pequeña soledad, tu disidencia interior. Toleran con pequeñas granadas de censura, con amonestaciones de locura transitoria, con promesas de estabilidad social. Llegan a quererte pero nadie querría un hijo como tú si estás alejado de su noria.
Sigo mareado todavía, podría morir en el placer continuado sin echar de menos mi futuro. Mientras cierro ventanas que me hagan huir del bochorno repaso las enseñanzas , los afectos de aquellos que querrían convertirme.
Podría callar indefinidamente sin un atisbo de extravagancia, podría amar solo a unos pocos y reclamar mi derecho a un idiotismo compartido. Podría mantener mi inocencia sin que nadie se diera cuenta, pero todo es más sencillo cuando las risas las marcan otros, cuando dejas que el brote maligno y ajeno sea tu sangre huidiza.
No pretendo destrucciones innecesarias, no tengo tiempo para ver mi obra soñada. Destilo indiferencia ante la multitud y comprensión afectuosa hacia todos los unos. Solo busco un lugar no horadado por cariños mutiladores. Solo quiero dormir y no ansiar aquello que debería ser.

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