viernes, 19 de febrero de 2010

Jonás

Jonás vive en Argentina y es chapero. Por su cuerpo podría ser un scort de lujo, pero su mala cabeza le hace vivir en un barrio medio de Buenos Aires sin desahogos pero con clientes que no pueden pagar mucho. Los primeros tiempos fueron buenos: la novedad le hacía muy deseable. Pero luego empezó el problema: su cuerpo no suplía a su pene, 12 cms. y delgado. Él era activo pero sus clientes preferían su culo y los versátiles, al ver su miembro, acababan penetrándolo . Estaba harto de que los dotados lo buscaran. Habló con un compañero, se informó y se hizo un injerto. Una parte de su cuerpo pasaba a su rabo. La operación es más barata que en España y dura un año y medio. Es asumible. Su pene aumentó su grosor en ocho centímetros. Era descomunal. Jonás pudo ser solo activo, pero seguía siendo tonto en palabras de su otro colega. Alul nos miraba y sonreía. El cliente salió perplejo y enamorado.

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