jueves, 29 de abril de 2010

Sobre lo importante

Oigo a políticos varios hablar sobre lo que a mí, que también soy gente, me importa. Me sorprende constatar que todas las cosas que no deberían importarme en mi condición de gente me importan y mucho: extensión de derechos sociales, mi memoria y mi actualidad política, la estructura del estado, la representatividad de los partidos políticos, debates ideológicos de profundidad...
Sospecho que lo quieren es que yo no opine y que ellos no tengan que mostrar sus razones. Y tejen tal entramado de sinrazones emocionales y tribales que la gente acaba por afirmar que no le interesa lo que nisiquiera se ha parado a pensar si le afecta o no.
La raíz de la palabra gente significa "llegar a ser". Y político es el que se preocupa por el gobierno de la ciudad. Quiero ser gente política y que me dejen serlo.

martes, 27 de abril de 2010

Requiescamus (Iast your song) (p)

Pocas cosas nos quedan ya. Quizá solo el tráfico de humos y el sexo verbal competitivo. Durante un tiempo construímos algo diferente, un amor sin relación, sin sexo, en la lejanía, una unión que no desgastaba porque no existía. Quizá solo fueron los efectos de la adicción que se prolongaron demasiado y un nunca más que podía cultivar con ambigüedad. Quizá solo para mí formó parte de mi vida cotidiana y ahora descubro en el otro lo que el otro ya sintió.
Hace unos días sentí esa palabra que me fascinó de niño, despecho. Esta vez era como imagen recurrente, como un último intento de salvar ese amor en mis tripas. Pero todo sonó a farsa desgastada, a circo en lo que no se cree. No hubo casi dolor, ni amargura, ni lamento. No había ya nuevos descubrimientos.
Durante unos instantes pude entrever la realidad, sus acciones sin mancha de mí, sus sentimientos sin mis exigencias. Entonces lloré, solo dos lágrimas al descubrir que el amor no se puede basar en lo real: el amor es una bella ficción que se nutre de lo artificial.
Olvidé el episodio y decidí mirar al padre de nalgas contundentes e imaginé mi otra infancia realizada.
Hoy vuelvo a traficar con palabras solamente. Solo surge algo después de la nada.

jueves, 22 de abril de 2010

Imaginemos el silencio

Querría callar pero solo me preguntan para escuchar su deseo.

Yocasta


A todas las yocastas que, como a mí, les enseñaron el amor familiar malsano

Edipó mató al rey cuando se le puso en su camino. Libró a la comunidad de la Esfinge. Recibió la mano de Yocasta. Tuvo hijos con ella. Reinó como un gobernante justo y un amante esposo. Inició la investigación de su pasado y conoció su crimen ajeno. Se quitó la vista y se convirtió en farmakós de los que nunca quiseron saber. Su salida fue el exilio acompañado de su culpa interior y exterior.
Yocasta se suicidó porque se hizo visible su amor, porque la coartada de la familia era ya solo la burla del destino, porque la sustitución del amor conyugal por el amor maternal no era perfectamente oculta, porque ya todos sabían sin ambages lo que todas las yocastas ocultan a sus hijos.
No siento ya culpa por no haber querido ser Edipo y la Fortuna conquistada me otorgó no ser un Layo ausente. La libertad me construye máscaras que me hacen más persona. No quiero chantajes emocionales ni busco rescribir mi pasado. Los vínculos se rompieron hace tiempo porque casi todos necesitan manejar al niño del que se enamoraron.
Descubrir la verdad es siempre doloroso aunque necesario. Repetir lo que ya no se ama, innecesario. No he instalado la dureza en mi corazón. Sé lo que fui pero también lo que otros fueron. No quiero explicaciones, no las necesito, solo la igualdad que caldea mi mente tranquila. Siento que las palabras en libertad causen dolor en quien quiere vivir en la dictadura de lo propio, porque sé que un día fui lo que otro nunca fue.
A mí, como a todos los Edipos que nos construyeron, solo me queda la huida interior para no convertirme en farmakós de su desatino.

martes, 20 de abril de 2010

Najwa (velos de religión)

Las dictaduras de la vida y la conciencia suelen camuflar sus torturas con apelaciones a la libertad individual.

Las miradas inquisitivas no deben dirigirse al centro educativo, que mantiene una norma genérica y un tanto ridícula sobre la forma de vestir de sus alumnos, sino a una religión que, como todas las del libro, somete a sus miembros y, en especial, a las mujeres a una minoría de edad vital regulando todos sus actos.
Leí una vez en una declaración de derechos humanos que la libertad es inalienable. No solo hay que velar por los menores sino también por las personas que viven sometidas al yugo de unos fantasmas divinos que solo se aparecen en la boca malhadada de sus clérigos represores.
El velo no es el problema, lo es la religión.

viernes, 16 de abril de 2010

Vampiros de ego (p)


"Hay gente que no soporta el dolor ajeno, otros no saben vivir la felicidad y buscan como vampiros destruir la que no les pertenece" Loscaar. Cartas íntimas

Aprendí hace tiempo que la salvación solo existe en la vida propia, nunca en la ajena. Intento manejar mis días y desgastar mis horas. Viví la locura del que no quiere reconocerse. Instalé en los demás mi dicha y mi bienestar y enloquecí de presunción y amor tóxico.
Vi también cómo los ojos de muchos quieren en ti transformar su vida, cómo el afecto no es más que la excusa para hacer de tu existencia la mímesis de su horror. He sufrido demasiado, sin sentido, orgulloso de que el dolor fuera la única manera de poder sentirse vivo. He caminado por la tristeza diaria, esa que te hace sonreír y que te provoca la dicha de un vacío que nunca se llena.
Pero siempre supe que yo cuidaba con mimos esas llagas. Era extraña esa sensación de ver la realidad y la locura con la misma intensidad. Y solo en el amor erré al vivir en el otro, al intentar ser en otra persona, al prolongar mi vida en la del otro y exigir ser solo uno.
Aprendí la cara de la succión, el mundo como prolongación natural de mi tristeza. Quise desgastar la cara seca, ajena, placenteramente fría de la realidad. Pero pasó a ser simplemente mi objeto, aquel que media entre lo inevitable y mi decisión de placer.
Respiro aires de sillas colmadas de ego intransferible, de deseo de ser en el belleza, en el placer, en la verdad. Aspiro a no provocar dolor, no busco convertir la vida de nadie en trozos de mi pesar. Sé compartir el horror, pero no serlo.

Pd. inmanente: A Pablo L., que sabe que la literatura también influye en la vida.

martes, 13 de abril de 2010

Juliet

Pequeños acordes, músicas nostálgicas, pequeñas tristezas de salón. No puedo volver al pasado porque no lo recuerdo.

lunes, 12 de abril de 2010

Círculos concéntricos

Veinte años de vuelta, veinte años desde que quise ser.

Las bromas macabras suelen ser así. Cuando pierdes las esperanzas, cuando casi has decidido que algo no es tu sitio, cuando te planteas huir aunque no sepas muy bien adónde, entonces surgen las palabras aladas y te dicen que ese es tu sitio. Casi te habías olvidado, habías decidido que existir es decidir y no dejarte llevar. Habías construido tu pequeño jardín provisional, fantaseado con nuevos destinos igual de disparatados que el presente y la mano que mece la cuna decide porque una vez más casi no tienes otro remedio.
Quería una seguridad, no esta. Quería una ciudad etérea donde parques amables, costas de pleno mar y amigos verdaderos se dieran la mano. Dejé de lado las eternas protestas, decidí ser entre paréntesis y comencé el baile comercial de compras y cambios.
Los veinte ya se fueron y con ellos todas sus realidades. Retorno con el doble de años y la mitad de aspiraciones. Queda la comodidad, el dinero más fácil, el ovido de la infame Augusta, el hueco de la corriente. Pero aquellos deseos ya no existen, ya no son posibles. El encuentro de la carne, la identidad y la sabiduría son otros: la carne se marchita, la identidad no existe y la sabiduría es un juego solo efectista.
Volverás a Región me advirtieron una vez. Solo queda la esperanza de volver al lugar donde no fuiste feliz o lo creíste soñar.

jueves, 8 de abril de 2010

Agones lejanos

Nunca me hablaron de cuando era bebé.

お久しぶり~

Me gustaría saber qué media entre dos signos, entre dos lugares a miles de kilómetros. Quizá nunca hay nada en común entre dos seres que buscan y ahí empieza todo. Escribo por necesidad, por adicción, por romper la caricatura de la muerte o por esa soberbia infantil de la que me acusaban.
Pero sé que solo se puede convivir en soledad, donde reside la libertad y la necesidad de acercamiento.

Christus patiens


Baco fue negado como dios, encarcelado, humillado y salió victorioso rompiendo sus cadenas y quemando la cárcel. Cristo se convirtió en un dios del sufrimiento y Dionisos en el del placer: teatro, vino, sexo, entusiamo, bacanal.
... Y los cristianos exaltaron la cruz, las llagas y el dolor como vía de salvación.

Ecos de Semana Santa

Y yo, como Dios, al séptimo día descansé... de follar.

lunes, 5 de abril de 2010

Luciérnagas en el jardín (p)

Al final quedan los objetos como elemento de identidad, como tabla de salvación y de distancia. No se olvidan los gestos de desprecio, la falta de cariño, la sensación de que nunca podrás ser como el padre quería que fueras. Veía la película y recordaba esos tránsitos de conciencia, ese periodo donde intuyes que solo eres querido como producto de una eyaculación, no como persona. Durante mucho tiempo concebí la infancia como periodo especial, mágico, feliz. En verdad lo fue, pero duró tan poco, cuatro, a lo sumo cinco años.
Después vino la consciencia que ahora sé certera, la censura hacia la mostración del cariño, la falta de entendimiento hacia la sensibilidad. Percibí que sus intereses y afectos eran otros y que mi mundo era de verdad excluyente y antagónico. Sufrí en la niñez por sentirme diferente ante el padre, porque mi sitio no pasaba de jarrón decorativo. Fui conquistando deseos propios y me faltó el empuje para actuaciones de libertad.
Adquirí el derecho a la palabra pero me negué el del acto. Podía haber sido muy feliz, pero no me dejaron. No entendía por qué tocar era malo, por qué había que jugar a no decir los sentimientos. Discutía solo en mi interior sobre la hipocresía, sobre la fatuidad, sobre la aparicencia. No entendía la necesidad de hacer daño, la obligación de marcar las vidas de los demás.
Recuerdo el coro de miradas en la cocina infantil ante la afirmación de la madre en tono de reproche "a ti todo te parece bien". Y era verdad que no todo estaba bien. Y era demasiado verdad que sus valores tampoco lo estaban.
Se mezclaban el orgullo, la tristeza, la convicción con la eterna soledad. Quizá ahí empieza todo, cuando descubres que solo puedes tocar tus objetos porque solo eso es tuyo.

domingo, 4 de abril de 2010

Aprendizajes significativos


Nos enseñaron a temer el placer, a negarlo. Nos dijeron que había que temer la seducción, que la tentación de la carne precedía al maligno, que la alegría excesiva no era productiva. Nos hicieron desear lo vetado. Nos incoporaron a un mundo sin mácula donde el goce era eternente postergado. No sabían, no querían o no podían lidiar con la individualidad. Preferían el grupo compacto de una sola voz.
Nadie se preocupó por destruir el valle de lágrimas. Nadie vislumbró que la libertad es ante todo escuela de bienestares. Ninguna mirada contestaba las preguntas inocentes sobre cómo vivir mejor. Todas hablaban de responsabilidad, trabajo, ocupaciones o destinos más o menos etéreos.
Cuando repaso el tiempo malgastado, el sufrimiento desparramado en el vacío y la bondad que existe en dos cuerpos que se juntan, no dejo de mirar el presente como si fuera el último. Cuando recuerdo las miradas más severas de los progenitores de la nada, no puedo dejar de sentir ternura y solidaridad con aquel que empieza y solo quiere vivir.

viernes, 2 de abril de 2010

Medidas anticrisis

"Además, aquellos a quienes ha perjudicado, al quedar dispersos y empobrecidos, no le pueden ocasionar daño alguno; todos los demás permanecen, por un lado, no perjudicados, con lo cual deben estar quietos, y, por otro, con miedo e equivocarse, temerosos de que les suceda ellos igual que los expoliados." Maquiavelo. El príncipe (El arte del poder)

Los mercaderes que dominan el mundo vomitaron de poder y sus deposiciones provocaron un cataclismo. Después vinieron nacionalizaciones, dinero público para las bancas, promesas de control de los paraísos fiscales, refundación del capitalismo, subidas de impuestos a las clases altas...
Ahora ya pasado el pánico inicial, las baterías armadas de medidas antisociales son reforma del mercado laboral, abaratamiento del despido, subidas indiscriminadas de impuestos, alargamiento de la edad de jubilación, bajada de sueldos...
Y el pueblo, timorato, temeroso y desarmado, busca como solución los dientes afilados de quienes propagaron la crisis.