martes, 20 de abril de 2010

Najwa (velos de religión)

Las dictaduras de la vida y la conciencia suelen camuflar sus torturas con apelaciones a la libertad individual.

Las miradas inquisitivas no deben dirigirse al centro educativo, que mantiene una norma genérica y un tanto ridícula sobre la forma de vestir de sus alumnos, sino a una religión que, como todas las del libro, somete a sus miembros y, en especial, a las mujeres a una minoría de edad vital regulando todos sus actos.
Leí una vez en una declaración de derechos humanos que la libertad es inalienable. No solo hay que velar por los menores sino también por las personas que viven sometidas al yugo de unos fantasmas divinos que solo se aparecen en la boca malhadada de sus clérigos represores.
El velo no es el problema, lo es la religión.

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