sábado, 9 de agosto de 2008

Trío de dos

Anoche hice un trío. El sexo gay magnifica todo, y si se acerca a lo que los heteros no tienen habitualmente, mucho mejor. Hacemos cosas por ese imaginario colectivo del morbo, la intensidad, la diferencia. El mundo se acaba, hay que aprovecharlo y al final tiramos a la basura la dignidad (que casi nunca cuenta), el placer y el corazón autoinmune.
Salió mal, salió muy mal, quizá desde antes de empezar. Tiendo a hacer guiones con la vida sin contar con los actores, pero esta vez no fue así. Fue como quedar con dos que quieren follar entre ellos con el añadido de un tercero que provoca el deseo. Me fui de la cama, les dije que siguieran ellos y al final, como siempre, accedí a terminar.
Les hubiera gritado, en mi imaginación pegado y de todo el torrente de explicaciones que tenía en mis tripas, solo pude decir un parece que sobro y quizá me haya agobiado. Pensé que deliraba, que los porros me llevaban a ese grado de desmesura. Al final los dos se ducharon juntos mientras hablablan. Se conocían. Más bien me utilizaron y todo salió mal.
Mis pecados son los de la posesión y el deseo. Los suyos no respetar las claves del sexo sin más, donde siempre hay una persona.

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