martes, 29 de septiembre de 2009

Javi P. (p)

Odio la exhibición de la dureza, el desprecio por el que sufre, por el diferente. Odio a los que no se conmueven ante la fragilidad, ante la debilidad aunque sea salvaje. No mitiga el desprecio pensar en sus miedos, sus inseguridades, su falta de pasión en las relaciones humanas, su sentimiento de fracaso.
Me repugnan los analistas de lo ajeno que no saben palpar sus miserias, que no pueden sentir que todos en algún momento hemos vivido el pánico de ser. Les vomitaría cuando no muestran ni una mueca de dolor ante los desvalidos, sean adolescentes, gatos o iguales perdidos. Respetaría su huida, su retirada del mundo, su reconocimiento del fracaso, su incredulidad ante el bien, pero nunca sus llamas cargadas de palabras.
Despierto cada mañana sin energías, a veces con el estómago cerrado y con un nudo que me retiene a la cama. He sufrido por ser el monstruo y mostrar la máxima alegría siempre.
Me enseñaron a odiar, pero nunca quise.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Descubriendo nunca jamás

Nunca me gustó jugar, ni de pequeño. Prefería las conversaciones con adultos, la calma, el erotismo, mirar, tocar, saborear. Accedía a divertirme porque los demás se sentían felices. Cumplía mi papel de persona descerebrada que no entiende. Así podía escuchar los secretos, las críticas, podía aprender, sin saberlo, los valores, el bien y el mal del mundo que me seducía.
Siempre desprecié la fantasía, los relatos que se situaban más allá del cuerpo cercano. Me parecía más deslumbrante e intensa la realidad, el mundo de artificio tejido por seres reales, los cuerpos de hombre que exhibían poder en sus músculos.
Siempre me pareció la infancia un territorio extraño y solo comparto con los niños la palabra. Ellos entienden mi juego, mi audacia, aunque se dejen seducir como los adultos por las atracciones vanas de una feria. Inocencia no es ausencia de dolor sino incapacidad de dañar. Buscar mis territorios es aceptar los de todos, incluidos los de la simplicidad.

Placeres y días

Escuchar a Pombo, enamorarse de Johnny Deep, dormitar, despreciar el fútbol, desear un cuerpo joven, observar a Kuro. ¿Abandonar las drogas?: apostar por el placer.

Batallas de la nada


Con Kuro aprendí "primero calmar, luego curar". Sus batallas, como todas las de los nacionalismos, son estúpidas, instintivas, de iguales pretenciosos. Nadie le va a quitar su territorio porque su territorio no existe. Su cuerpo y su pelo crecen, su aullido se hace profundo, interminable y sus movimientos lentos, elegantes y trágicos a la vez.
Kuro y su oponente, el Negrito Malo, mantienen su ficción de independencia felina. Otean sus territorios de la nada sin poder compartir un rayo de sol. Luego Kuro regresa lloroso, cojea, hace ostensibles sus heridas y cierra cualquier posibilidad de comunicación. Solo desea que su gigante humano lo calme, que vuelva a su papel de madre acogedora, de seguridad impenetrable en su casa fortín.
Las literaturas gatunas varias dicen que su percepción es la de dejarte compartir su casa. Sospecho que Kuro sabe que está en mis posesiones. Es cuidadoso con lo mío, salvo cuando quiere hacerme partícipe de sus juegos. Busca vibraciones de bienestar, de vida sin miedo y el tiempo tozudo lo va instalando en la confianza.
Nunca entendí las luchas humanas por poseer sin compartir, las batallas que destruyen para crear, los aullidos atávicos que solo reclaman sangre. Cuando veo a Kuro lamiendo mi brazo y compartiendo caricias sin más objeto que el placer, maldigo el instinto ciego de la posesión que provoca batallas por la nada.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Sinceridad renovada (p)

Me prometí decir las verdades del corazón, exhibir orgulloso mi alma enhiesta, cantar con susurros o gritos lo que muchas veces callé. Fue y es en vano. No tengo miedo a mostrarme ni a que me hagan daño. Ni siquiera el roce de la piel desnuda con la mirada de cualquier otro me hace dudar. El dolor es otro; el dolor es la constatación de que las palabras no transforman la realidad, de que tu volcán es un montículo placentero para tus miradas.
Creí tener la fuerza de los magos in a travelling show o pensé ser aedo en las cortes lejanas. Pero todo choca contra los muros de la verdad, de la mía, de la de todos. He huído de muchos, he vuelto la cara como tributo a la independencia. Los demás solo pertenecen a la literatura, pero nunca a tu vida, a la que querrías en tu rincón.
Me revuelvo perplejo como un infante que busca compartir sus abrazos y no entiende que tu no es el no universal, que el juego de rechazar también pertenece a los demás. Me cuesta entender que sus palabras, sus afectos, sus manos son solo un gesto que se traduce en amistad, complicidad, recuerdos. Y yo insisto en ser el dueño de las pócimas secretas y recibo flores, amarillas cuando deben ser rojas, naranjas cuando deber ser blancas.
Decidí olvidar los guiones, trepar por las escalas sin maquillaje, pero nada cambia las ausencias, la imposibilidad de que el otro sea tu cuento humano.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Bagdad café

"I´m calling you. Can't you hear me?"

Todos necesitaríamos de la magia, de alguien o algo que pusiera en orden nuestras vidas. Da igual un sonido, una sonrisa, un pecho o una imagen turbadora. Todos necesitamos en algún momento que nos enseñen a vivir, que nos digan que todo puede pasar, que todo puede volver a recomenzar. Da igual si se llama señor, señorita o un cuadro en la pared.
A veces nos equivocamos con las señales o pensamos que el cruel marasmo de nuestro corazón es una maldición divina. La dureza se instala en nosotros y dejamos de escuchar las canciones que nos hicieron mejores. Creemos que el gesto del otro nunca será para nosotros y que las llamas, sean de la pasión o del olvido, nunca más encontrarán acomodo en nuestro cuarto.
A veces querría desertar, pero el instante se consume y el café resuena como una esperanza.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Dentelladas de opresión

¿Enseñar a socializarse? Enseñar que la soledad radical es lo único que nos hace humanos y libres.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Silencios postcoitales (p)

Me temo que Kuro y yo envejeceremos de la misma manera: él nunca sabrá que nunca le haré daño y yo no me terminaré de creer que esto se acaba, que las parcas del placer existen. Sigue creyendo que alguien o algo puede ocupar su lugar o el mío. Muestra su pasión y cautela hacia mí igual que yo a los grandes hacedores de sexo: siempre hay tiempo para el olvido, para la sustitución, pero podría prolongar los momentos eternamente. Kuro necesita y siente. Yo espero y deseo.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Miralbueno (p)

Nunca he sabido explicar cómo dirigía una clase. Solo sentía que aquello iba bien. Ahora me sorprendo analizando qué hago allí, si planifico algo, qué cosas, qué gestos, qué palabras funcionan y cuándo. Me sorprende que siga sintiendo la borrachera de la atención, que no sea necesario preguntarse cómo actuar sino actuar, dejarse llevar por lo que ocurre cuando dos se quieren o quieren quererse.
Siempre había pensado que actuaba en clase. Creía que mostraba una versión mejorada y excesiva de mí. Quizá su cariño me ha enseñado que no actúo, solo siento como un animal que los quiere, que quiere seducir y que lo seduzcan, que lucha por sentir ojos de agradecimiento y pasión, que necesita oír por lo bajo qué bueno volver a verte, sentir abrazos que son sexo por fin humano y que solo quieren decir.
Me conmuevo por mí mismo como no lo hago nunca, siento placer al recordar la cara del muchacho que exhibe sus músculos y escucha con arrobo las palabras sancionadoras y, por un momento, se siente libre de todo mal, aunque sepa que volverá a caer.
Quizá solo allí puedo decir en todo momento quiero quereros.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Criptogramas inconexos de verdad

"I wanna be with you tonight"

Debería estar redactando burocracias sin sentido, construyendo porcentajes de verdad, organizando saberes casi siempre inútiles. Sin embargo, estoy con los humos que hacen todo más redondo, sin aristas; el dolor es más profundo pero gozoso y el placer intenso, totalizador. Veo una película simple, sin matices, previsible, de padres, hijos, amores, matones y dramas que acabarán bien. Las lágrimas son fáciles, caen, pura basura sentimental.
Detengo la escritura porque detengo los afectos, los recuerdos de una infancia demasiado consciente de lo que había en el exterior e incapaz de cambiar nada del interior. De repente, la mente se queda vacía, sin ganas de sentir, ni de dejarse arrastrar por la melancolía. Un pequeño ataque de sueño atempera todo y casi no queda nada de la tristeza inicial. Querría llorar un poco, querría pensar que la inacción es producto de un dolor verdadero, que recuerdo al niño de ojos grandes. Pero no es verdad. Nada encaja, ni los romances fallidos, ni la familia ultrajada, ni los horizontes gastados, ni al arte inconcluso eternamente, ni la ciudad demasiado sobada.
Solo queda la sensación de algo inacabado, eternamente por hacer y nunca consolidado. Solo queda la sensación de sentir, esperar como siempre pero percibir que los demás te excluyen igual que tú lo hiciste.

De símbolos y martirios

La diatriba sobre el puño en alto y la internacional en el acto de un sindicato de clase resulta esperpéntica cuando los reclamantes son las derechas, sobre todo la católica. Escandalizados deberíamos estar los que somos de izquierdas ante tal demostración de cinismo por parte de los socialistas. Su política económica se mueve entre los parámetros del liberalismo y su renuncia al cambio de modelo capitalista es bien sabida. Solo entiendo su juego con los símbolos como uno más de sus fraudes publicitarios: proletarios del mundo, uniros para mantener las sicav, la eliminación del impuesto sobre el patrimonio y que los empresarios declaren menos al fisco que sus trabajadores.
Pero que el vociferante sea un católico que me obliga a tragarme en las instituciones que son de todos crucifijos mil, biblias por doquier y presida actos religiosos que no son míos, me parece sencillamente vomitivo. Hasta los funerales de estado (mi ateísmo no debe dejarme formar parte de él) son religiosos.
Oía estos días a pulidos bienpensantes que esos símbolos de puño en alto e internacional han matado a mucha gente en la historia de la humanidad. Imagino que se olvidan de las cruzadas, de la inquisición, del nacionalcatolicismo español y del pope Ratzinger hablando de homosexuales y seropositivos. Revisemos la exhibición pública de símbolos, eliminemos los crucifijos de las iglesias. Pero antes de acabar con la imaginería molesta en actos conciliares (fiesta sindical y sacrificio incruento de la misa), acabemos con biblias y crucifijos en las juras de ministros y con un rey que ostenta el título de rey católico: los espacios públicos son de todos los ciudadanos, las fiestas de la fe sindical y cristiana de sus adeptos.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Control del gasto público



Los arqueopopulares quieren control del gasto público. Propongo algunas medidas: dejar de financiar iglesias varias con dinero público, eliminar los conciertos educativos de los colegios elitistas, eliminar las subvenciones para las fundaciones y la propaganda de los partidos políticos mayoritarios, acabar con el pluriempleo de cargos políticos, eliminación de dietas por la participación en consejos de administración de empresas públicas, reducción del presupuesto (yates, palacios, hijos, sobrinos y demás ornamento suntuario) de la casa real, subidas de impuestos indirectos para vehículos de lujo, segundas viviendas y chalets varios, control férreo de los beneficios empresariales, eliminación de los beneficios sociales por familia numerosa a las clases altas y subida del iva para los artículos religiosos (estoy harto de costear la seguridad social con el humo de mi tabaco). Se me ocurren más, pero un gran eructo de clase me impide seguir escribiendo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Alan (p)

Recolectamos mamadas como los necrófilos que exhiben sus trofeos de caza. Añadimos estadísticas sexuales a nuestros perfiles de vómito carnal: follo una tres cinco veces a la semana, a todas horas , en el parque, en la cama al lado de mi ex-novio. Convertimos la sagrada obligación humana del placer en mera marca biológica.
Dan igual los reproches, los gritos del interior, las súplicas más o menos veladas. El dolor reside en ser solo un objeto sexual para los que tú adoras. Catulo, deja de hacer tonterías y considera perdido lo que ves que se perdió. Se perdió la juventud, se perdió formar parte de los cuerpos gloriosos, de la inmortalidad inconsciente y placentera, ser perdió la posibilidad de poder ser uno en dos.
Te follarán, pero no te amarán para querer vivir en la casita de madera aislada del mundo. Te querrán en el orgasmo, pero no con la intención de perder todos sus días en tu compañía. Buscarán tu miembro, pero como parte nefanda de los pecados de juventud.
Y tú imaginas viajes cándidos, playas nudistas semi-vacías, porros con un cuerpo excitado que sonríe, felaciones marinas que acaban en abrazos de juegos infantiles. Deseas soledades vitalistas, borracheras a dos hasta el amanacer, desmesuras de carcajadas y silencios en las miradas. Pero solo te queda exhibir tu rabo enhiesto como único nexo posible. Te alejan de la posibilidad de ser algo más que una eterna corrida.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Conciencia de libertad (p)

El placer no debe ser nunca incompatible con el existir, las dos forman parte de tu libertad.