miércoles, 31 de marzo de 2010

Recolecciones

Desayunar tarde, ordenar, comprar informática, enamorarse del dependiente cubano, vencer a la técnica, ver sexo en pantalla gigante, fumar vapores, sexo intenso. alcohol, desmesura, fragilidad física, comprar libros, pistachos, bebida isotónica, un sillón, un miniparque, Maus, café con leche, mover la estética, castigos razonables al estómago, House, vapores, dormir placentero, renovar la terraza, internet, chatear, recuperar viejas llamadas, sociabilidad desinteresada, felicitación a un ex, alivio de hastío, vapores, escribir, tomar el sol desnudo, controlar la pulsión sexual, holgar en un día.

Regalos de despedida


El cliente llegó a su destino. Hacía un mes que no lo veía. Casi todo se había derrumbado: las clases, la incipiente relación y, sobre todo, la posibilidad de un futuro. Solo quedaba el sexo como relación mercantil y su cuerpo todavía deseado. El ritual de espera se hizo más corto que en otras ocasiones. El cliente ya sabía de esas tácticas dilatorias y potenciadoras del deseo.
En medio de la desolación que produce un cuerpo alquilado para el placer surgió un instante de paréntesis. Solo dijo "¿blanco o negro?" El cliente dijo blanco sin pensar, sin entender nada, aturdido por la mezcla de deseo y abatimiento y por la maría fumada hacía media hora. Y él apareció con el regalo de despedida, unos boxers blancos de calvin klein.
Luego el sexo intenso al que solo le faltaban las palabras para ser sexo de enamorados, interrupciones de otros clientes y los restos del alcohol y el popper. Su cuerpo seguía siendo una masa de músculos del corazón. Las explicaciones llegaron: los celos del novio, el no querer dar razones, la promesa inconcreta.
El cliente salió de aquella casa cansado, sobrepasado por la edad, pero feliz de controlar su vida. Anduvo, se mareó y consumió una vez más libros complusivos. Estuvo a punto de perder el conocimiento y renunció a la apatía vital.

viernes, 26 de marzo de 2010

Con ojos claros (Manifiesto realista) (p)


Podría enumerar mi historial de agravios, pero ya pasaron. Podría regodearme en el dolor, en los desprecios, en las miradas que solo buscan su ego. Podría cansarme de mirar inocente, podría sospechar que tras cada gesto hay una amenaza, que todo se confabula en contra del placer.
Prefiero ignorar al que repite que todo es muerte. No viviré más aquí, con mis muebles y Kuro. Sé que todos los cuerpos bellos desaparecerán, que nunca más los podré gozar. Sé que Gibbs se olvidará de mí. Sé que los gusanos pudrirán mi miembro.
Pero nadie puede arrebatarme que me hayan amado al tocarme la cabeza. Nadie puede decir que no ha sido sincero cuando se ha acercado a ofrecerme sus trofeos, nadie puede destrozar que te quieran y te guste, que te hagan vibrar una vez más, que te busquen como animales domesticados.
Ya he vivido el inicio de la muerte, he sentido que mañana es el día en que puede empezar el final. Pero hoy he compartido testosterona y daban igual los veintiseis años de diferencia,; solo estaban nuestros deseos esquivos y unas botas deportivas de cuero.
Ahora solo recuerdo que sigo conservando amantes del placer.

domingo, 21 de marzo de 2010

22-04-2003 (Animus mundi)


"Nuestros días fueron poemas escolares, un amor joven y verdadero, algunas noches rugíamos como leones, otras arrullábamos como palomas" Mark Kozelek. Noches de tránsito.

Olvidar que un día fuiste el más feliz de la tierra en compañía es innecesario, renunciar a lo que fuiste y amaste, cruel. Todo este tiempo he aprendido a no esperar más que un timbre suene, que su sonrisa me ilumine; he sabido por fin que sus andares kúricos ya no me pertenecen.
Acabé la terapia de la sed de amor, de compañía. No me caben excusas para no ser feliz. He podido aprenderme, gustarme, decidir que las mantas también dan calor en soledad. Las noches de tránsito se han convertido en noches de decisiones, de aplazamientos momentáneos.
He adquirido nuevas músicas que no necesitan aprobación y mi deseo vuelve a estar enhiesto de libertad y ganas. Necesito desmontar pocas cosas ya, solo decidirme a gozar con el único que siempre me acompañó.

viernes, 19 de marzo de 2010

Camilo y la incoherente levedad del porro de maría (p)

"Y mi gitano homófobo se levantó, exhibió su torso y alzó la mano de gozo eterno cuando recibió un nueve. Sonrió para celebrar que le había gustado un poema homosexual sin saberlo y después de saberlo"

No quiero educar a hijos, no sé, no tengo, solo quiero ayudar a personas; ayudar a ser, a recibir calor, a decidirse, a avergonzarse, a mostrarse. No quiero réplicas perfectas de la especie, solo gente que pueda percibir que la revolución pendiente no pasa por la inmolación, que engañar al que te hace sufrir es casi una obligación.
Lo miraba con sus gafas y su sonrisa y por primera vez me ha hecho profesor, el que habla delante y a favor de alguien, alguien que puede necesitar saber, vivir. Siento ya la distancia pero añoro no haber conocido a alguien como él a su edad. Me hubiera gustado enamorarme de él, salir del armario juntos y ahora solo puedo desnudarme ante todos sin pudor y sin armas.
Creo que ese es el pacto: se puede jugar a que todo es posible dentro de lo que nos ofrecen. Solo con ellos y por ellos soy verdadero. Me enseñan cada día que es posible construir, que mi única obligación es ser para que ellos sean.
Me han hablado hoy de la verdad, de los muros que se liberan al decirla, sea de amor o muerte. Me han hecho sentir que crezco con ellos, que lo que intuí cuando era el adolescente que sufría era valioso, que tener un colchón donde reclinarse no es malcriar, que hacer la vida placentera no es ocultar la realidad, es mejorarla.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Isner - Nadal (p)

Ángelos: quizá la persona menos dotada para compartir y más animalmente egoísta.
El Fibrado: aprendió mal que querer demasiado te lo hacen pagar y que se te puede ir de las manos.
Ella: Platón hubiera reconocido en ella una Idea, pero solo supo sufrir.
El Deseado: nacido de la muerte, era el dios menor al que no se desobedece.
El Mirón: él solo miraba, no le habían dado papel.

domingo, 14 de marzo de 2010

De lenguas, patrias y banderas



Perdería mi lengua si pudiera bajar a la calle abrazado a un torso contundente y nadie me mirara mal. Perdería mi patria si al ir al parque pudiera fumar libremente mis vapores mientras veo a un niño jugar. Cambiaría mi bandera si la riqueza no fuera un bien de rapiña. Abrazaría otros himnos que hablaran de apátridas iguales, de colores que solo buscan sonrisas. Renunciaría a mi nación por aquella que me ofreciera un ministerio del placer, un lugar donde la sabiduría fuera algo más que el instrumento para producir. Elegiría otro pasaporte que mostrara posibilidades de ser, familias que no perpetúan las cadenas de la especie.
Dicen que soy igual al que margina, explota y desprecia porque vivo con sus mismas leyes. Solo me siento deudor de un desnudo que me mira y sonríe.

sábado, 13 de marzo de 2010

Ocala versus senectutem


"Me han pedido que olvide todo, en fin..."

Quizá todas las palabras solo quieren acallar lo que el alcohol, los vapores y las arrugas vieron en la noche de los placeres: volver a ser en juventud. Hubiera abrazado de nuevo el sexo equivocado, la cintura que dibuja senos. Hubiera vuelto a derrochar imposibles, a intuir que lo único necesario es prolongar la excesividad, a enamorarme de todos lo cuerpos que se me niegan.
Quise ser otra vez en plenitud, con hedonés malcarados pero con la seguridad de que al día siguiente la cara en el espejo es fresca en el cansancio. No añoro tiempos pasados, solo un presente donde el cuerpo sea lo que fue. Acerté en mis crisis, en mis desaforadas angustias frente al paso del tiempo. Intuía, ahora lo sé, que solo quiero ese paraíso de la carne eternamente, que no me sirven las experiencias, las sabidurías parciales, las elecciones acertadas, el dominio débil de la autoestima.
Necesito lo que nunca más tendré, lo que lloré en el macabro rito de plenitud y decrepitud.

viernes, 12 de marzo de 2010

Putas normalidades

Pocos quieren conocer las debilidades, las diferencias. Cuando las conocen, entonces surgen los reproches de sus tristes miserias.

Contradicciones ajenas

Sé todo aquello que los demás ven en mí, pero pocos quieren lo que yo deseo.

Revanchas de poder: pecados inciertos


Aquel día aprendió que no se podía confiar, ni esperar, que los dolores del alma no conmueven a nadie, que la inocencia se vuelve turbia cuando se mezcla con la realidad. Aquel día aprendió que solo lo artificial es verdadero.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Mercadotecnia electoral educativa


Pasado: EGB-BUP-COU-FP = 18/19 años.
Presente: PRIMARIA-ESO-BACHILLERATO-FP = 18/20 años.
Futuro: VOLVER-AL-Pasado-CON-LOS-NOMBRES-DEL-Presente.

Post data simplista: ¿no es más fácil reconocer que armarse de vaciedad ideológica?

lunes, 8 de marzo de 2010

Hilvanes olvidados

No se miraron ni esquivaron el momento doloroso de la separación, aquel que surgió después de quince días sin sexo frenético. Lloraron y solo uno supo que la vida sin él era el comienzo de la vejez.

domingo, 7 de marzo de 2010

Trastiendas de identidad

Una mañana dominical, un cigarro y unos árboles desnudos. Sueño, mareos y una falta absoluta de decisión. Unos ojos, unas palabras, una sonrisa y una promesa nada sobornable. El contacto con los humanos despeja las dudas del bienestar. Idas y vueltas, acercamientos y rechazos: el miedo de los demás a la soledad.
Escribir poesía puede ser un bálsamo, decir unas manos es ocultarse tras los biombos. Echarse a andar es decidir y errar. Pitidos en los oídos y una cafetera diseñosa como restos de sonrisas ajenas. Confío en las largas caminatas transitadas de placer: despilfarros de ingenuidad y negación de lo gastado.
Palabras y silencio, caricias comerciales, el anuncio de la destrucción.

jueves, 4 de marzo de 2010

Fuego de campamentos (p)

Quizá siempre ha sido así: alguien se acerca, alguien sonríe y alguien decide la succión. Quizá antes no entendía que la mayoría no te quiere, que solo desea la parte de ti que puede gustar, hacer suya. Fui educado como una geisha para dar bienestar al otro, para sustituir mis deseos por las necesidades de cualquiera. Adquirí poco a poco la imagen del bello gato altivo, que sin embargo sabe que tiene dueño. Me acostumbré a no sentir casi nunca un amor desinteresado. Me colocaron en la atalaya de la objetividad y me hicieron farmakós, bálsamo, veneno al que se repudia por la culpa propia, al que se expulsa de la comunidad pero del que no se puede ni se debe prescindir.
Ayer volví a oír lo que debía sentir y desear, volví a sentirme expulsado a la escuela de la soledad.